jajaja! pues es un punto de vista muy interesante el tuyo.
Al final todos tenemos nuestra parte de razón, según cómo nos haya ido la fiesta.
Como muestra, un botón.
En el año 84 compré una flamante y casi recién salida al mercado BMW K.100
Se le rompió absolutamente TODO: los relojes, la unidad de mando de la inyección (que te dejaba tirado en el sitio más insospechado), fundía todas las bombillas, rompió la caja de cambios, la suspensión delantera... y me tuvo harto y aburrido durante una buena temporada donde pasó más tiempo en el servicio técnico -en garantía y fuera de ella.
Jamás volví a tener otra y me pasé directamente a las deportivas japonesas, con menos ordenadores e inyecciones... , pero que jamás se rompieron nunca.
Son malas las BMW? pues supongo que no. Pero jamás me volveré a comprar otra.
Bueno, ya en realidad, ninguna moto de carretera. Ya no me llaman la atención. Me he vuelto muy vago además.