DIA 12 DE SINGLADURA 05 DE JUNIO.
Hoy es el último día de esta crónica, que me está costando acabar por es del verano y el calor que se está mejor en otro sitio que delante del ordenador, pero vamos allá, lo prometido es deuda.
La hora prevista de llegada a Bilbao, es a 07:30 de la mañana, nos han despertado a 06:30 con tiempo de sobra para todo, miró por la ventana del camarote y aun no se ve tierra, pero es normal a la velocidad del ferri unos 20 nudos es mucha distancia para que aun se vea, calculo que la visibilidad es de unas 10 millas, que eso es una buena visibilidad (hablo en millas náuticas 1852 metros cada una y no millas terrestres de 1642).
Desayunamos y ponemos nuestro equipaje en orden, dispuestos a afrontar esta etapa, con ganas de llegar a casa por un lado y lamentando que se esté acabando por otro, con puntualidad inglesa entramos y podemos desembarcar justo a la hora.
Hoy por primera vez aunque es el último día rodaremos un rato con los tumbaitos, saldremos hasta una gasolinera y una vez preparado todo comenzaremos la ruta en grupo, recuerdo que he rodado con compañeros del foro a mi venida y que vinimos casi acompañados todo el camino.
Una vez todos con el tanque lleno, compruebo la presión de los neumáticos, lo considero importante pues es un viaje largo a tope de peso y por autovía, una presión baja me hará que las ruedas se degraden sobre manera, nos despedimos de Patxi, que es de mismo Bilbao y ya ha llegado a casa, aunque nos acompañara hasta la salida.
Ya rodamos por las afuera de Bilbao unas pitadas de despedida y tomamos dirección hacia Vitoria, hace un día esplendido y la temperatura es buena, fresquito de mañana que viene muy bien.
A la entrada a Vitoria, despedida sobre la marcha de los tumbaitos siguiendo nuestra ruta a partir de aquí en solitario, ellos van por Zaragoza hasta Valencia y nosotros por Burgos, Madrid hasta casita.
De esta manera rodamos haciendo repostajes cada 270 km +- y realizando una parada entre cada repostaje +- 130 km.
Como hemos estado sin conexión a internet y lógicamente esta mañana no me he puesto a ello, pues no me he enterado de los que pusisteis post para la vuelta, lo siento.
Antes de llegar a Madrid en la parada donde nos vio Deyavi, notamos que el calor empieza a apretar y nos colocamos ya mas frescos imaginando el calor que tendremos hoy, siento que no nos saludáramos.
Pasamos Madrid sin mucho más que contar, A1, M40, A3 y continuamos nuestra ruta en dirección sureste, el calor se hace ya agobiante, aunque hemos quitado los forros de nuestras corduras, pero las chupas son de invierno.
Casualmente, nos coincide la hora de la comida a la altura de donde comimos a la ida con lo cual y como quedamos contentos volvemos a hacer la parada de mediodía en el mismo lugar, “jopssss” no recuerdo el nombre, lo siento, pero se come bastante bien con un menú variado y buen precio.
Con algo de pereza y un calor agobiante más de 30º reemprendemos la marcha, la copi se queja del calor y la comprendo yo también tengo pero poco mas podemos hacer, de esta manera no se disfruta de viajar en moto, autovía y calor, mala combinación, solo nos anima que pronto estaremos en casa.
Unas de nuestras paradas obligadas es en el restaurante Juanito a la entrada de la Roda, y si viajas en lata llevar unos “Miguelitos” pero en este caso no nos caben y con el calor que hace tampoco llegarían en buenas condiciones, de manera que nos llevamos puestos los que podemos y volvemos a montar sobre la Deau que también esta sufriendo los rigores de La Mancha.
De esta manera continuamos y solo cuando llegamos a la sierra que separa a Albacete de Murcia, se nota un descenso de la temperatura aunque escaso, la copi me dice que tiene calor y que le duele el cucu, a lo que asiento que yo también ¿y quién no? Ya llevamos unos 700 Km hoy.
Pasamos Murcia donde el calor vuelve a apretar y cualquier Cartagenero diría que “mas se merecen”,
Una vez coronado el puerto de la Cadena comenzando a bajar ya se nota el fresco y el olor a mar, aun estamos a unos 30 km de la costa, pero esto me hace recordar las sensaciones de cuando era pequeño y viajaba en el Gordini con mis padres. Esta sensación se nos ha olvidado al viajar ahora con los coches con aire acondicionado.
Ya divisamos caso nuestro destino, aunque es imposible de ver por estar detrás de unos montes aunque en nuestras retinas se van aclarando los molinos de viento que están en lo alto de ellos.
Por fin salimos de la autovía y tras un par de kilómetros entramos en los 7 kilómetros de la N-345 que he colgado algún video por ahí la Deau se los sabe de memoria, siento nostalgia de todo lo vivido, ahora sí que se está acabando, los paso viendo el paisaje que tantas veces veo y que tanto me gusta y con esto llegamos a casa.
Compruebo el reloj, hemos tardado 11:30 desde Bilbao y hemos realizado en total 2985 kilómetros.
Y con esto se acaba la crónica de un viaje que comenzó a gestarse como un parto con nueve meses de preparación, un parto de doce días de viaje y una cuarentena desde la llegada hasta hoy que os la acabo de contar.
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