Cuando voy en moto, nunca presto demasiada atención al destino escogido. De hecho, es habitual en mi, si viajo solo, dejarme llevar por las distintas sensaciones que me dan los cruces de caminos a los que llego. Me da por ir por aquí, o ir por allá. Tengo tendencia a escoger carreteras que no conozco. Esto me lleva a menudo a pequeñas aldeas en las que no queda otro remedio que regresar por donde he venido. Nacederos de los negros riachuelos asfálticos que engordan las autopistas que recorren los llanos.
Siempre fue el camino y no el destino lo que me intereso. Supongo que para mi, llegar a la meta es como morir. Y morir la gran meta final.
Así que dejemos la meta para mas tarde......lo mas tarde posible.
Y concentrémonos en el camino.
La cabra tira al monte. Y yo también. Preferiblemente si alrededor de la carretera hay arboles. Me gusta la sensación de estar rodeado de arboles. Amables, silenciosos, acogedores, hermosos y armoniosos....maternales arboles. Pero no desprecio las carreteras que siguen ascendiendo después de que la altitud haga que el bosque desaparezca. Entonces, majestuosas, aparecen las montañas.
Altos de montaña estremecedores de belleza. Francamente, si alguna vez echo de menos haber dejado de fumar, es en estos lugares. Ya me entendéis.
Por supuesto me gusta mucho la sensación de empujar el manillar del lado de la curva hacia abajo y ver como la moto traza tal y como yo he imaginado su trayectoria, o jugar a empujar con el culo,jajaja, la rueda trasera y hacer que la moto se tumbe. Siempre me gusto mucho esta forma de conducir la moto.
Dejar que la adrenalina recorra mis venas mientras encadeno curvas un poquito mas rapido de lo necesario.......O bajar la velocidad y disfrutar con la pantalla subida del paseo relajadamente.
Equilibrio dinámico. Danza.
Si, danza. Lo veo bien cuando piloto detrás de vuestras motos y os veo trazar unos detrás de otros. Danzáis, y lo hacéis con belleza y armonía y ritmo. Me gusta mucho esa visión. De hecho, a veces edito un video y pongo música a esa danza.
¡Ah, la moto!
¡Cuanto en tan poco!
Y después está la cuestión social. Compañeros y compañeras que te saludan con alegría al comenzar el día. Que te acompañan y comparten contigo todas esta sensaciones y muchas mas. Que permiten que disfrutes con su danza y que incluso danzan contigo. Y mas trivial pero no menos importante. Almuerzan contigo.
Porque esa es otra de la cosas importantes de ir en moto. Huevos fritos, patatas fritas, txistorra, panceta, pimientos, tomate.....¡Ah, se me hace la boca agua!
Si, amo ir en moto. No se si la moto es libertad o no, pero desde luego es pasión.
Nuestra pasión.
Somos moteros.
Vivimos nuestro camino.
Volando a ras de suelo.
Júcar.